domingo, 3 de junio de 2012

Comentario del Soneto de Garcilaso


Comentario de texto del soneto XXIII de GARCILASO DE LA PÁG. 155


1          En tanto que de rosa y azucena  11 A
2          se muestra la color en vuestro gesto,     11 B
3          y que vuestro mirar ardiente, honesto11 B
4          con clara luz la tempestad serena;         11 A
5          y en tanto que el cabello que en la vena11 A
6          del oro se escogió, con vuelo presto      11 B
7          por el hermoso cuello blanco, enhiesto, 11 B
8          el viento mueve, esparce y desordena: 11 A
9          coged de vuestra alegre primavera         11 C
10       el dulce fruto antes que el tiempo airado11 D
11       cubra de nieve la hermosa cumbre.       11 E
12       Marchitará la rosa el viento helado,        11 D
13       todo lo mudará la edad ligera                   11 C
14       por no hacer mudanza en su costumbre. 11 E



            (INTRODUCCIÓN: época, autor y obra; género, subgénero y forma de expresión)
Esta composición lírica es una de las mejores y más conocidas del poeta toledano Garcilaso de la Vega (1501-1536, máximo exponente del Renacimiento, movimiento cultural que surgió durante la primera mitad del siglo XVI. En esta época se produce un cambio en los valores arraigados desde la Edad Media, ya que tiene como centro de interés el hombre y la vida; es decir, el ser humano como centro del universo (antropocentrismo). Se considera al ser humano como centro del universo y medida de todas las cosas, se valora la vida humana (placer, belleza( y los bienes terrenales (dinero, propiedades) (AQUÍ PODÉIS EXTENDEROS MÁS, PERO TENÉIS QUE HACERME UNA BUENA INTRODUCCIÓN)

En cuanto al autor del soneto, Garcilaso es considerado como el primer poeta moderno por su tratamiento del tema amoroso, ya que cultivó una poesía intimista, melancólica, cuyo estilo se caracteriza por la claridad, la naturalidad y el buen gusto.

Su producción literaria, exclusivamente poética, es breve; en metros italianistas: tres églogas, dos elegías, cinco canciones, una oda, una epístola y treinta y ocho sonetos. El poema que nos ocupa es el soneto XXIII y está dedicado probablemente a Isabel Freyre, dama portuguesa de la reina y musa de su poesía.


(III. ANÁLISIS DEL CONTENIDO: tema y subtemas; métrica (estructura externa) y estructura interna en función del contenido del texto, de los tópicos que aparezcan)
En cuanto a / En lo que se refiere /Respecto al tema del soneto  que nos ocupa, observamos que recrea el tópico literario del “carpe diem” (exhortación al aprovechamiento de la juventud), proveniente de la literatura clásica latina, que fue muy grato a los autores renacentistas, puesto que refleja un sentido pagano de la existencia, impregnado de vitalismo, característico de la nueva manera de entender la vida.

Se dirige en él a una mujer (quizás Isabel Freyre, dama portuguesa que fue la musa de la  mayor parte de sus composiciones) para aconsejarla que aproveche su juventud y su belleza. Para ello realiza una descripción de ciertos aspectos de su físico (color del rostro, mirada, cabello, cuello) resaltando su hermosura juvenil y advirtiéndole metafóricamente que viva intensamente antes de que el paso inexorable del tiempo la conduzca al invierno de su vida. Finalmente concluye destacando la acción destructora del tiempo y su vertiginosidad.
Desde el punto de vista de la estructura, distinguiremos entre:
a) Estructura externa (métrica): nos encontramos ante un soneto de estructura clásica, compuesto por 14 versos endecasílabos de rima consonante, distribuidos en dos cuartetos (ABBA ABBA) y dos tercetos  (CDE DCE).

b) Estructura interna: podríamos considerar dos apartados generales:
  • Primer apartado: comprende los dos cuartetos y el primer terceto (vv. 1-11). El poeta se dirige en concreto a una dama para que aproveche su juventud y hermosura.
En este primer apartado se observan dos subapartados:
-          Los dos cuartetos (vv 1-8). Descripción de la belleza física de una dama en su presente de juventud, siguiendo el canon de belleza de la mujer renacentista. (“Descriptio puellae”)
-          El primer terceto (vv. 8-11), donde se explicita el tópico del “carpe diem”, exhortando metafóricamente al aprovechamiento de la juventud.
  • Segundo apartado: comprende el segundo terceto (vv. 12-14). Se trata de una conclusión general, también en forma metafórica. Nos habla en abstracto sobre el efecto devastador del paso del tiempo que conduce a la vejez y  a la muerte. (“Tempus fugit”)[1]

Para un análisis más detallado, estudiaremos la imbricación que existe entre el contenido y las figuras retóricas de acuerdo a los tres planos lingüísticos:


(IV: ANÁLISIS DE LA FORMA: plano fónica, morfosintáctico y semántico)
l  Plano fónico 
            Destacaremos el ritmo tonal de las estructuras oracionales: todas ellas enunciativas afirmativas, excepto en el caso de la proposición donde se formula el tema del “carpe diem” (“coged de vuestra alegre primavera…”) que adopta una modalidad exhortativa o imperativa; al ser la única gana en fuerza, en importancia, y se reafirma como núcleo de la idea principal.
           
En cuanto a la métrica, se trata de un soneto, composición constituida por dos cuartetos (ABBA, ABBA) y dos tercetos (CDE,DCE), de rima consonante. El soneto, poema italianista, fue adaptado definitivamente a la literatura en lengua castellana por Garcilaso.

l  Plano  morfosintáctico
            La adjetivación adquiere una gran relevancia. Debido a su carácter descriptivo en los dos cuartetos domina el estilo nominal, en ellos realiza la descripción de una mujer concreta a la que el poeta se dirige, la utilización de los determinantes adjetivos posesivos (“vuestro gesto”, “vuestro mirar”) así nos lo indican. La adjetivación, muy abundante, posee connotaciones positivas: “mirar ardiente, honesto”, “clara luz”. “vuelo presto”, hermoso cuello blanco, enhiesto”; en el primer terceto los adjetivos son epítetos: alegre primavera”, dulce fruto”, “hermosa cumbre”, también con connotaciones positivas. La excepción dentro del primer terceto la constituye: “tiempo airado, que anticipa la acción destructora del devenir temporal.

            Con el segundo terceto la adjetivación cobra tintes negativos: “viento helado”, “edad ligera”, en referencia a los efectos del paso del tiempo en el futuro. Se da una clara oposición en el sistema de los adjetivos que refuerzan la contraposición: Presente=Juventud=Positivo/ Futuro=Vejez=Negativo. Lógico, puesto que Garcilaso está exhortando al disfrute del momento presente.

            En cuanto al sistema de los tiempos verbales,  observamos su adecuación a la estructura del contenido y a la intención del poeta: presente en los cuartetos descriptivos; imperativo, en el primer terceto, es decir, en la exhortación; y futuro, en el segundo terceto, para expresar los estragos del paso del tiempo.

            El momento de mayor dinamismo expresivo se da en el v. 8 (“el viento mueve, esparce y desordena), la tríada de formas verbales en presente de indicativo precipitan la presentación del tema, sin romper el equilibrio al presentarse a continuación tres adjetivos referidos a “cuello” (hermoso, blanco, enhiesto”).

            Sintácticamente hay que señalar la disposición de los dos cuartetos respecto al primer terceto, conectados por subordinación sintáctica temporal (coged, como verbo principal y los conectores temporales “en tanto que”, que se presentan de forma anafórica ), para realzar la importancia del paso del tiempo y su fugacidad. En el primer terceto encontramos un nuevo conector temporal dependiente del mismo imperativo (“antes que”), introductor de un presente de subjuntivo con valor de futuro próximo, que recalca las consecuencias negativas del paso del tiempo.

            En cuanto a la construcción de la frase, llama la atención el uso del hipérbaton, en casi todas las estrofas existe algún ejemplo, siempre con la finalidad de realzar el elemento que pasa a primer término. El más exagerado se encuentra en el segundo cuarteto, todo él un hipérbaton.


l  Plano léxico-semántico
            La tópica descripción ubicada en los cuartetos no presenta una ordenación estricta (color del rostro, mirada, cabello, cuello); en ella predomina la prosopografía (descripción  física), si bien aparecen ciertos rasgos de etopeya (descripción psíquica o moral).


En el primer cuarteto:
Los dos primeros elementos descritos dan la sensación de que el poeta no quiere fijar unos rasgos simplemente físicos, sino trascenderlos: utiliza metonimias (“vuestro gesto”, para indicar el rostro ; “vuestro mirar” al referirse a sus ojos). Se destaca el semblante pálido y sonrosado en los pómulos, mediante metáforas coloristas extraídas del medio natural (“de rosa y azucena”). Su mirada posee dos términos adjetivadores que aparecen en antítesis (“ardiente, honesto”). El fuego es, en la terminología poética renacentista, símbolo de la pasión y la mirada de la dama es a la vez “amorosa” e inocente, pura. En consonancia con lo anterior en el v.4 nos da la explicación: metafóricamente su mirada puede encender pasiones (desencadenar la tempestad) y a la vez con su honestidad, su inocencia  (“clara luz”) serenarlas. De nuevo aparece la antítesis en relación con el verso anterior: ardiente-tempestad/ honesto-serena.


Segundo cuarteto:
Del cabello se pondera el color rubio, ideal renacentista, sublimado mediante una metáfora hiperbólica  (“que en la vena del oro se escogió”), seleccionado entre el oro más puro. La imagen del cabello en movimiento (metáfora: “con vuelo presto”), debido a la acción del viento, elemento natural, incide en caracterizar el cabello con sensación de viveza y suavidad. Muestra la acción del viento sobre la cabellera de la muchacha: “mueve, esparce y desordena”. No utiliza en la descripción del cuello ninguna metáfora, es suficiente la presentación de tres adjetivos en simetría con los tres verbos que aparecerán en el verso siguiente. Todo lo relacionado con el sentido de la vista cobra realce en la poesía garcilasiana.





Primer terceto:
Pasando a los tercetos encontramos el tópico ya señalado (estaciones del año=edades del hombre). El hipérbaton del verso 9: “coged de vuestra alegre primavera/el dulce fruto” tiende a remarcar mediante la metáfora de la juventud el aprovechamiento de ésta y, por otra parte, introduce el nuevo tópico que seguirá desarrollando en alegoría a lo largo de los dos tercetos. El esquema: epíteto+metáfora extraída de la naturaleza (“alegre primavera”),  se repite en “dulce fruto”. Si la primavera se identifica con la juventud, el dulce fruto, como producto de ésta, puede entenderse como el amor. De nuevo se impone la idea del tiempo y la advertencia del poeta: “antes que el tiempo airado” (metáfora del invierno), “cubra de nieve la hermosa cumbre” siguiendo idéntico esquema que en los vv. 9 y 10, se evoca el invierno de la vida, representado por el cabello blanco. La antítesis es otro recurso que debemos destacar. El contraste entre el presente (=belleza y juventud) y el futuro (=ajamiento y vejez) se manifiesta en términos de connotaciones positivas y negativas: dulce fruto/ tiempo airado, alegre primavera/ viento helado, etc.

Segundo terceto:
Se inicia remarcando mediante hipérbaton la acción destructora del tiempo: “Marchitará la rosa el viento helado”, continúa la alegoría del terceto anterior al hablarnos, mediante términos metafóricos extraídos de la naturaleza, del invierno y sus inclemencias, “el viento helado” connota ya la idea de la ¿muerte?. Por otra parte, aparece también la “rosa” como símbolo y metáfora de la vida y su fugacidad, la juventud posee idéntica duración que el esplendor de una rosa. El políptoton mudará/mudanza refuerza la idea de los cambios que produce el paso del tiempo.

(V.CONCLUSIÓN)

A modo de conclusión, podríamos decir que no hay pesimismo en la exhortación garcilasiana al goce de la juventud, sino un reflejo palpable del vitalismo renacentista. El poema una sensación de equilibrio y serenidad marcados por el ritmo remansado y lento (estilo nominal en general), por la armonía de su forma.
No obstante, queremos resaltaremos la importancia de la naturaleza que es en él fuente de recursos (metáforas especialmente), utilizados para describirnos al arquetipo de la mujer hermosa renacentista, así como para la presentación del tópico literario mediante el que se identifican las estaciones del año y las edades de la vida. La adjetivación sensorial, el uso del epíteto, las estructuras formadas por dos o tres elementos, características del estilo de Garcilaso, pueden rastrearse en el poema. Es importante también la organización sintáctica de los materiales lingüístico en ensamblaje perfecto con el tema que se desarrolla: nos referimos a la utilización de conectores temporales y, especialmente, al juego de formas verbales presentes en el poema: presente en los cuartetos descriptivos, imperativo, en el primer terceto, es decir, en la exhortación, y futuro, en el segundo terceto, para expresar los estragos del paso del tiempo.




La naturaleza nutre la poesía de Garcilaso de recursos estilísticos, se manifiesta en la mayor parte de las metáforas del texto, concretamente para describirnos el arquetipo de la mujer hermosa renacentista, así como en el tópico desarrollado en los tercetos, es decir, la identificación de las estaciones del año con las edades del hombre.



[1] Recordad que este tópico ya aparece en las Coplas de Jorge Manrique analizadas en unidades anteriores.